SITUACIÓN: Bilbao – Bizkaia
PROGRAMA: Rehabilitación integral de fachadas y cubiertas.
SUPERFICIE: Aproximadamente 6.000 m2 de fachadas y 400 m2 de cubiertas.
PROYECTO/OBRA: 2014/2016
El edificio que coloquialmente identificamos como «Torre Panera» es una edificación residencial en altura (18 plantas y unos 60 m) que forma parte del grupo Tomas Zubiria Ybarra, construido a principios de los 70 y formado por varios bloques con los que comparte materiales y criterios compositivos.
Estado inicial de la torre

El grupo residencial Tomás Zubiria Ybarra, la torre objeto del proyecto, en primer plano, se ve aún con el andamiaje en esta imagen.
La torre alberga 108 viviendas, mientras que la planta baja se dedica a uso comercial y existe un volumen anexo por la parte oeste donde se ubica un colegio público que cuenta con tres alturas. A la misma comunidad pertenece también un edificio existente de una sola planta ubicado en la plaza de acceso cuyo uso es comercial.
A nivel constructivo el edificio tenía patologías muy evidentes; más allá de las humedades, condensaciones y grietas que tan comúnmente nos podemos encontrar en edificios de esta época en este caso había una problema muy grave de desprendimiento de las plaquetas e incluso de tramos completos de la fachada.
Ya comentamos en la entrada dedicada al incendio de la Torre Grenfell en Londres, lo peligroso que puede ser una rehabilitación de fachada si no se emplean los materiales adecuados; en este caso además la nueva piel debía tener en cuenta la inestabilidad estructural de la fachada existente. Por tanto decidimos emplear una fachada ventilada de cerámica alveolar que colgaría de una estructura de aluminio.
Dicha perfilería de aluminio se ancla a los frentes de hormigón y también a la hoja exterior de la fachada; por lo que además de soportar la nueva piel cerámica actúa como una eficaz estructura de arriostramiento de la fachada.
Tras la perfilería se instala el aislamiento, en este caso, planchas de lana de roca de 8cm de grosor. Volvemos a insistir porque es muy importante: SOLO EMPLEAR MATERIALES IGNÍFUGOS EN UNA FACHADA VENTILADA, especialmente si es de cierta altura; da igual lo que permita la normativa, mínimo clase A

Clasificación al fuego de revestimientos de fachada
Otro punto muy delicado en una fachada ventilada es el tratamiento de los huecos, albardillas, vierteaguas y arranques de fachada, que necesariamente han de resolverse con otro material; en este caso hemos empleado chapa de aluminio lacado.
Hay que entender que la piel exterior de una fachada ventilada no es o no debería ser estanca al agua, por lo que en determinadas con presión alta de viento cierta cantidad de lluvia se va a colar y gotear por la cámara; todos los encuentros de la fachada con el aluminio han de tener en cuenta esto e incorporar medidas para evacuar de nuevo el agua hacia el exterior.
Tampoco olvidéis que hay que aislar el perímetro del hueco; sino tendréis un elegante puente térmico, probablemente peor que el que había inicialmente.

En los recercos de ventanas u otros elementos singulares no pasa nada si empleáis EPS o Neopor como aislamiento; son mucho más fáciles de cortar y ajustar que la lana de roca.
Si en algún punto puede fallar una fachada ventilada es en el hueco; yo os recomiendo que en el presupuesto de control de calidad metáis varias pruebas de estanqueidad del encuentro fachada-ventana.
Si todo va bien, ponéis atención a los detalles, el equipo de montadores y la constructora son buenos y además hay algo de suerte; el resultado puede ser magnifico y haceros sentir tan orgullosos como esa gente que alardea de haber perdido 40 kg en una campaña de Antes y Después.
MaaB arquitectura y urbanismo
Jorge Mallagaray Mendizabal
Belén Rodríguez Gorgojo
Ángel M. Cea Suberviola
Categories: Proyectos, Rehabilitación